29.1.11

Just watches

Entro a una relojería musulmana a por una pila para el reloj. Y mientras espero a que me atiendan (hay delante dos quinceañeras en busca de un reloj para el novio de una de ellas) veo en el mostrador más de una veintena de relojes de pulsera de doble esfera, con infinitas horas distintas. Al principio no comprendo muy bien para qué son, entendería dos o tres de distintos modelos, pero no tantos. Y entonces caigo: para llamar a mamá, a papá, a mis hijos, a mi amante, al notario... allá en Pakistán, en Arabia o en Brunei. Y se me mezclan la ternura, la solidaridad y la incomprensión, porque... si no eres capaz ni de hacer el esfuerzo de restar o sumar para saber a qué hora puedes llamar, ¿hasta que punto le/s echas de menos? ¿O es que las agujas en la posición de "allí" te pueden devolver lo que tanto echas de menos?

Me quedé con las ganas de comprarme uno.

4 comentarios:

Hans dijo...

Mujer, también estamos los torpes (en cuanto a sumas y restas :D)

Hans dijo...

Por cierto... ¿relojería MUSULMANA? ¿Cómo se determina la religión de una relojería? :-D

Awake at last dijo...

Hans, no creo que tenga usted ese problema, y sí, ya sé cuán imprecisa es la denominación, pero es que, aunque tienen rasgos árabes, no me atrevo a preguntarles, X-S

¡Besos!

nadie dijo...

oh... yo tenía dos relojes en la cocina de mi antigua casa. uno con la hora local y otro con la hora local de la cocina de mi madre.
ya sé que solo tenía que restar 5 horas (o cuatro dependiendo de los solsticios) pero a mi me gustaba verlo así, a golpe de vista mientras calentaba mis cafés matinales o descongelaba mis cenas.