23.4.09

¿Feliz?



POR EL PLACER DE LA LECTURA:

La SGAE (Sociedad General de Autores) ataca de nuevo.

Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.



POR LA LECTURA

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931,

vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D.

Justo G. Escudero Lezamit.

A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso

los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque

allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su

biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él

solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres

de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y

mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por

prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí

a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl Marx.

Muchos años después hice una visita a una bibliotequita de

un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada,

pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada

quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con

un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres

acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería.

Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un

rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando

regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados

por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el

cuento que estaban leyendo.

Durante la espera, las madres curioseaban, cogían

algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban

prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había

dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían

leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven

una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más

años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia.

La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas

esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos,

fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un

carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las

distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la

administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre

abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer

que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los

años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un

servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además

del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del

gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro..

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario,

al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende

obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en

concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del

préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que

paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.

b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca

pública, una vez pagada la adquisición del libro para

prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión,

que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.

¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?.

¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les

servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala

muestras de sus productos? Pero, sobre

todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere

autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil.

Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con

la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin

preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las

bibliotecas.. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones

y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!



José Luis Sampedro

10.4.09

Madre difusa

Dícese de aquella pariente a la que llamas corriendo al oír lo de los terremotos en Italia porque sus hijos están de viaje allí y responde "Uy, si hubiera pasado algo nos hubieran avisado. Además, ahora no les puedo llamar, que están en audiencia con el Papa. Ya les enviaré un mensaje."