27.5.11

Blonde runner

La bancaria precaria corre bajo el sol de mayo, apenas dos horas después de haber salido de trabajar. Fibrosa, rubia, no muy alta, sí muy guapa, ignora sin afectacion a todo aquel que la mira en esa ciudad demasiado pequeña, a esas horas propias de recados y cafés, y sigue, esquivando zanjas, abuelas con carrito y furgonetas de reparto.

15.5.11

Grrrrrrr...

Sólo hay algo peor que un hijo de puta con demasiado tiempo libre.

Un hijo de puta zafio, necio y repelente que encima (no sé de qué me extraño)
tiene complejo de superioridad y una madre peor que la de Psicosis.

Y con demasiado tiempo libre (ambos).

(¿escupirle sería delito, peligroso o simplemente una pérdida de tiempo?)

3.5.11

Stopped

La típica cena conmemorativa de tu curso. Y vas. Y ves qué poco cambia en realidad la gente (salvo algunos casos). Y haces lo que te habías prometido que no harías, lo que nunca haces ni por todo el oro del mundo en situaciones mucho más graves que esta: mientes. Miserablemente. Impecablemente. Con sorprendente fluidez. Y lo más gordo es que te creen. Y lo peor de todo es que no mientes para ocultar nada vergonzoso, sino porque sabes que no entenderían. Que lo que para ti son los momentos más hermosos que has vivido durante todo este tiempo, para ellos serían excéntricos, imposibles de entender. Porque ves que el 90% de ellos se han quedado parados en el mismo sitio, son exactamente lo que pensabas que serían. Y ello no te hace mejor a ti ni peores a ellos, tal vez sus vidas sean incluso mejores, pero al menos la tuya ha tenido tantos y tan hermosos colores que sólo con cerrar los ojos puedes volver a verlos y anhelar otros nuevos. Porque sigues necesitando más, y esa necesidad, esa ansia, es la que distingue a los vivos de los muertos.