Eso contrasta radicalmente con este vuestro seguro y humilde servidor que besa sus pies, milady, suponiendo, claro está, que se los haya vuesa merced lavado previamente.
No recuerdo haberme enfermado de gravedad desde el 25 de octubre de 1992. Recuerdo muy bien el año pues fue el año de las explosiones en Guadalajara, de la Expo Sevilla, del quinto centenario del descubrimiento de América, el año internacional del espacio según la ONU, el año en que los EUA entablaron relaciones diplomáticas oficiales con Rusia, el año en que Hugo Chávez hizo su fracasado intento de estado, fueron los juegos olímpicos de Barcelona, el ano en que Juan Pablo II reconoció que la condena a Galileo Galilei fue injusta, y el año en que a mí casi me ingresan al hospital porque estaba yo enfermo, literal y metafóricamente hablando.
Ese húmedo y borrascoso día de octubre yo no podía ni siquiera caminar sin ayuda. Según mi médico de cabecera, rompí un record de temperatura al llegar a los 41 grados de fiebre. Si recuerdas a Linda Blair en El Exorcista diré que eso fue juego de niños. Mi médico de cabecera me evaluó rápidamente, diagnosticó "Estás muy enfermo" a lo que respondí con un "Lo noté" y procedió a inyectarme algún mejunje de muestras gratis que tenía en su consultorio mientras buscaba el teléfono de sus amigos que laboraban en un hospital cercano para que se enteraran de lo que les esperaba si me mandaba ahí.
Por alguna razón me quedé dormido en el consultorio y a la hora me despertó mi médico de cabecera, y lo primero que hizo fue ponerse a escribir una receta con un termómetro. Luego se dio cuenta de que el termómetro no escribía y lo cambió por la pluma que tenía en el bolsillo, dejando en su lugar al termómetro. Me recetó cuatro inyecciones del mejunje ese, y me mandó a casa a descansar, sin necesidad de pasar por el hospital. A la cuarta inyección ya estaba yo como nuevo. Era un 27 de octubre y yo regresé a la escuela y me tuve que enfrentar a una bronca con los profesores porque no parecía que hubiese estado yo enfermo...
Ésa fue la última vez que me enfermé de algo que pareciese ser de gravedad. Por alguna extraña razón, desde esa época hasta el presente, cuando me he enfermado, la temperatura no me excede los 38 grados celcius y las molestias no me han durado más de tres días. Una excepción ocurrió en 2005, que estuve enfermo toda la semana y no tuve descanso porque el trabajo me consumía, pero me bastó con guardar cama el fin de semana y el lunes no quedaba ni rastro de enfermedad.
No, la cuestión es que las inyecciones surten efecto mucho más rápido que las pastillas/sobres... Lamentablemente, no sé por qué, pero en Europa casi no se usan, en fin...
Aunque sí, también eres un ente bastante raro, Guillermito, no vamos a negarlo, :-D
Pues mi hijo pequeño, en pleno delirio yo le preguntaba: te duele algo? y contestaba entre sueños, no.. creo que no... son ellos que no me dejan en paz... Estamos todos igual... A mejorarse.
Ufff. Así estuve yo en el último ataque virulento de anginas. Te compadezco. Cuídate, mujer, que no son formas de comenzar el año, leñe. (Dice la que ha caido con gripe e infección de garganta el mismo fin de semana, mientras esquivaba a una compañera de piso con gastroenteritis vírica) ¡OLE!
13 comentarios:
Luego contesto a los comments.
Eso contrasta radicalmente con este vuestro seguro y humilde servidor que besa sus pies, milady, suponiendo, claro está, que se los haya vuesa merced lavado previamente.
No recuerdo haberme enfermado de gravedad desde el 25 de octubre de 1992. Recuerdo muy bien el año pues fue el año de las explosiones en Guadalajara, de la Expo Sevilla, del quinto centenario del descubrimiento de América, el año internacional del espacio según la ONU, el año en que los EUA entablaron relaciones diplomáticas oficiales con Rusia, el año en que Hugo Chávez hizo su fracasado intento de estado, fueron los juegos olímpicos de Barcelona, el ano en que Juan Pablo II reconoció que la condena a Galileo Galilei fue injusta, y el año en que a mí casi me ingresan al hospital porque estaba yo enfermo, literal y metafóricamente hablando.
Ese húmedo y borrascoso día de octubre yo no podía ni siquiera caminar sin ayuda. Según mi médico de cabecera, rompí un record de temperatura al llegar a los 41 grados de fiebre. Si recuerdas a Linda Blair en El Exorcista diré que eso fue juego de niños. Mi médico de cabecera me evaluó rápidamente, diagnosticó "Estás muy enfermo" a lo que respondí con un "Lo noté" y procedió a inyectarme algún mejunje de muestras gratis que tenía en su consultorio mientras buscaba el teléfono de sus amigos que laboraban en un hospital cercano para que se enteraran de lo que les esperaba si me mandaba ahí.
Por alguna razón me quedé dormido en el consultorio y a la hora me despertó mi médico de cabecera, y lo primero que hizo fue ponerse a escribir una receta con un termómetro. Luego se dio cuenta de que el termómetro no escribía y lo cambió por la pluma que tenía en el bolsillo, dejando en su lugar al termómetro. Me recetó cuatro inyecciones del mejunje ese, y me mandó a casa a descansar, sin necesidad de pasar por el hospital. A la cuarta inyección ya estaba yo como nuevo. Era un 27 de octubre y yo regresé a la escuela y me tuve que enfrentar a una bronca con los profesores porque no parecía que hubiese estado yo enfermo...
Ésa fue la última vez que me enfermé de algo que pareciese ser de gravedad. Por alguna extraña razón, desde esa época hasta el presente, cuando me he enfermado, la temperatura no me excede los 38 grados celcius y las molestias no me han durado más de tres días. Una excepción ocurrió en 2005, que estuve enfermo toda la semana y no tuve descanso porque el trabajo me consumía, pero me bastó con guardar cama el fin de semana y el lunes no quedaba ni rastro de enfermedad.
Debe de ser que soy un ente muy raro.
No, la cuestión es que las inyecciones surten efecto mucho más rápido que las pastillas/sobres... Lamentablemente, no sé por qué, pero en Europa casi no se usan, en fin...
Aunque sí, también eres un ente bastante raro, Guillermito, no vamos a negarlo, :-D
Mks.
Pues mi hijo pequeño, en pleno delirio yo le preguntaba: te duele algo? y contestaba entre sueños, no.. creo que no... son ellos que no me dejan en paz...
Estamos todos igual... A mejorarse.
jajajajaa
que ràpida eres!!
justo cotilleaba tu casa que ya estabas dentro la mía!!
supongo que ya estás mucho mejor!!
bon any xiqueta!!
;*
Sá, XD , muchas gracias, ya casi estoy bien.
Arckheta boniqueta, es que te vi en mis estadísticas, no hay tantos Mac barceloneses que entren desde tu blog, XD
Besos a las dos!
Ufff. Así estuve yo en el último ataque virulento de anginas. Te compadezco. Cuídate, mujer, que no son formas de comenzar el año, leñe. (Dice la que ha caido con gripe e infección de garganta el mismo fin de semana, mientras esquivaba a una compañera de piso con gastroenteritis vírica) ¡OLE!
Ayyyyyyyy... Pero...¡¡¡ Cuidate niña!!! que como tú sólo te tenemos a tí.
Sino estás en forma no me podrás pegar y eso.
Besoooooooo
Edu
Frid, XDD, esto es como cuando nos jodimos el pie al mismo tiempo, XDDD
Eduardo, no te preocupes, para eso aún me quedan fuerzas, XD
Besos a l@s dos!
Pues no sé si me hace mucha ilusión lo de la conexión khármica a nivel percances de salud, la verdad :P
Besos
XDDDD
jijiji,
antipirético siempre me ha parecido una palabra la mar de graciosa
(y eso a pesar de la marea..y el calor, claro)
Muxu
Antipirados
Antiparadas
Antipiripis
Antiperitas
Antiparedes
...
XD
Mks.
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