7.12.05

Momo

Aún recuerdo la noche en me lo leí, hace casi veinte años. Tenía anginas, y mi madre había puesto una bombilla azul en la lamparilla por si no podía dormir. Así que imagínate conocer a Beppo, Gigi, Casiopea... en medio de una atmósfera azulada, arrebujada entre mantas y medio grogui por la fiebre. Y qué miedo pasé con los hombres grises, no sé cuántas veces miré hacia la puerta de la habitación para asegurarme de que el humo de sus cigarros no pasara por debajo. Profético Ende, que adivinó que treinta años después el mundo se poblaría de ellos...