5.11.09

Adivina de quién es el artículo (no hagas googletrampa)

"Permitidme tutearos, imbéciles"

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.

Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.

Fuente: http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_firma=5150&id_edicion=2687

10 comentarios:

terminus dijo...

No podría estar más de acuerdo. Lo peor es que encima vamos presumiendo de nuestra incultura, ahora eso es la moda, lo que se lleva. Valiente estupidez.

Pero claro, para nuestros gobernantes sean los que sean, un pueblo inculto es más fácil de manejar y engañar.

Frid dijo...

JUas juas juas. Más razón que un santo, tiene el señor Pérez-Reverte.

Y firmo y suscribo la afirmación con la que cierra el artículo, si bien en mi casa se repite sistemáticamente con estas palabras: "donde hay un tonto, hay un peligro".

Hans dijo...

Ýa puedes imaginarte que yo sabía desde la quinta palabra que era un texto de A. P.-R., y ya sabes que estoy completamente de acuerdo.
Tres cosas hay que hacer:
1) Eliminar las CC.AA.
2) Como eso es imposible, sustraerles las competencias en educación y crear un consenso de Estado para centrar un modelo digno con una duración no inferior a cincuenta años.
3) Empezar a gasear políticos. Ah, no, que esto era lo primero...

Achab dijo...

Perez Reverte, no hay confusión posible. Que me manden a los chavales que los educo por el método aristotélico -dando vueltas por el ágora y en griego clásico-

Explorador dijo...

Bueno, venía con ilusión por ser el primero, jajajajaaj, es un texto que se hizo bastante popular, con razón, a mi juicio.

Anónimo dijo...

potrebo, da preverijo:)

IVAN REGUERA dijo...

GRANDIOSO.

adelaida dijo...

Curiosamente, el autor/autora parece más centrado en asquearse de la educación cultural de este país que en la moral. Así se desarrollan angelitos españoles de hoy día que, además de analfabetos, pegan a sus padres, insultan a los profesores y acosan y violan a compañeras del instituto y etcétera.

Oye, y pese a la irregularidad de este país, yo lo amo. Por eso tengo colgado una bandera de España, aunque hacer eso esté tachado de ser "facha".

Awake at last dijo...

Mis felicitaciones a los acertantes.

Anónimo, ¿?, no hablo esloveno.

Explorador, celebro que conocieras el artículo antes que yo, pero eso no le quita validez.

Adelaida, la BUENA formación académica suele mejorar MUCHO la moral/ética de la gente, más que nada porque en resumen consiste en analizar la realidad de forma objetiva y rigurosa.

Besos a tod@s!

adelaida dijo...

Awake, al margen de la parte teórica de la formación, hace falta también el calor familiar, que a muchos niños le faltan y crecen y se desarrollan con muchas carencias afectivas en la familia.

Es como aquel que dice "¡eh!, tengo un título de inglés de cambridge o de la escuela oficial de idiomas, cuidao!" pero, a la hora de la verdad, DEMUÉSTRAME tú que eres capaz de mantener una conversación con quince compañeros de trabajo, ingleses nativos, TODOS LOS DÍAS, chulo!!

XDD