(esto es un SUEÑO, y en su sexta acepción, que quede claro)
Calas de l'Aljub (Santa Pola) Nublado, frío y con viento, atardecer. Andreu está tirando fotos en mangas de camisa mientras canturrea algo de los Beatles. Le pongo la mano en la nuca y sin volverse dice "ya era hora, un poco más y llamo a los Geos". Me planto frente a él, meto la cabeza dentro de la correa de la cámara, le quito las gafas despacito y empiezo a besarle, mientras le toco la espalda por debajo de la camisa, de fondo la canción que la Tiri tiene puesta, "No other way". De repente, me brota pintura de la punta de los dedos, y y le tizno la frente, los labios, la clavícula... Sin solución de continuidad aparecemos en una enorme habitación mediterránea, con las persianas casi bajadas. Huele a higueras, y a romero. La cama tiene sábanas de lienzo, y una colcha peruana. Me lleva casi en volandas, me abre las manos con las suyas, me muerde el lóbulo de la oreja, y yo no paro de reír y de buscarle la boca. Cuando acabamos toda la cama está con manchas de pintura azul, verde, rosa... parece un cuadro de Tàpies. Ahora huele a espliego. Me dedico a rozar sus costillas con la yema de los dedos, mientras me amenaza con atarme a la antena del estudio si vuelvo a dejarle solo tanto tiempo. Empiezo a llorar...
Y sonó el despertador.
Calas de l'Aljub (Santa Pola) Nublado, frío y con viento, atardecer. Andreu está tirando fotos en mangas de camisa mientras canturrea algo de los Beatles. Le pongo la mano en la nuca y sin volverse dice "ya era hora, un poco más y llamo a los Geos". Me planto frente a él, meto la cabeza dentro de la correa de la cámara, le quito las gafas despacito y empiezo a besarle, mientras le toco la espalda por debajo de la camisa, de fondo la canción que la Tiri tiene puesta, "No other way". De repente, me brota pintura de la punta de los dedos, y y le tizno la frente, los labios, la clavícula... Sin solución de continuidad aparecemos en una enorme habitación mediterránea, con las persianas casi bajadas. Huele a higueras, y a romero. La cama tiene sábanas de lienzo, y una colcha peruana. Me lleva casi en volandas, me abre las manos con las suyas, me muerde el lóbulo de la oreja, y yo no paro de reír y de buscarle la boca. Cuando acabamos toda la cama está con manchas de pintura azul, verde, rosa... parece un cuadro de Tàpies. Ahora huele a espliego. Me dedico a rozar sus costillas con la yema de los dedos, mientras me amenaza con atarme a la antena del estudio si vuelvo a dejarle solo tanto tiempo. Empiezo a llorar...
Y sonó el despertador.
