6.12.11

Así

De la alegría de las flores blancas
que brillan con el sol de mediodía
me quiero deslumbrar hasta cegarme
y así no ver mis huellas,
ya que, de todas formas,
no sé hacia donde dar ya ningún paso.
Como las campanillas hoffmanianas,
que anuncian magia oscura o clara
según la audiencia del relato,
quiero sonar,
sin ambición pero sin pausa,
presente, pero no cargante.
Como la suavidad de los recuerdos gratos.