11 de la mañana. Sábado. Camino del Mercadona a por cuatro cosas.
Veo por el rabillo del ojo algo moviéndose en un balcón.
Levanto la vista y es el cinturón del batín de una niña rubia y ceñuda, abocada sobre la esquina, a punto de caerse. Voy a avisarla cuando termino de mirar. Tiene un miniportátil en la mano, y lo mueve como un zahorí que busca agua, ansiosa, indignada (pienso yo), de que su vecino de turno le haya puesto contraseña a la wifi y ella no pueda conectarse. No me quedo para ver si desiste no vaya a pensar que la estoy espiando (aunque me gustaría saber si al final conectó...)
3 comentarios:
La verdad es que desde hace un par de años hay una auténtica fiebre por usar la red del vecino, llena de historias que rozan lo absurdo.
¿Has vuelto a pasar por esa calle? Es que como a ti me pica la curiosidad.
Besoooooo
Buaaa!!!, el pasado año yo le pillé el wifi a algún vecino del edificio y disfrutamos del silencioso crimen durante tres días seguidos, hasta que le puso finalmente clave. Es un subidón.
Oye, y tranquila si tenías los pelos entrompetaos, que Ewan vino hace dos semanas ¿pues no creía yo que era anteayer? Mírale al enlace, yo ya tengo el carmín en los labios XDD, aunque por mi Berto!!
http://www.antena3.com/programas/buenas-noches-buenafuente/entrevistas/entrevista-tres-ewan-mcgregor_2012041500105.html
"inglet othedive"
Yo confieso que mi deporte preferido, después del rugby, es robarle el wifi al vecino. Con todo y contraseña.
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