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En su momento pasé de verla porque creí que era la típica chorrada con rubia tonta y Pacino hiperultrasobreactuado. Obviamente, la tonta fui yo. No voy a decir que es una película de Oscar, pero sí una boutade muy apetecible para cinépatas, porque se dedica a dar candela a todo el sistema del show-bussiness hollywoodiense. La protagoniza un Pacino que, bajo la protección del personaje, un director de cine al borde del desastre, no deja títere con cabeza. En resumen, una nadería muy recomendable.

P.D. Prohibido perderse las imágenes que aparecen tras el "The End".